Evangelio de Hoy Domingo 30 de Julio.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Domingo 30 de Julio y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

XVII Domingo Ordinario – Lectio Divina 109

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura

Primer Libro de los Reyes 3, 5. 7-12.

En aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le dijo: «Salomón, pídeme lo que quieras, que yo te lo daré».

Salomón le respondió: «Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo David, mi padre, porque se portó contigo con lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún, también ahora lo sigues tratando con misericordia, porque has hecho que un hijo suyo lo suceda en el trono. Sí; tú quisiste, Señor y Dios mío, que yo, tu siervo, sucediera en el trono a mi padre, David. Pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar.

Soy tu siervo y me encuentro perdido en medio de este pueblo tuyo, tan numeroso, que es imposible contarlo. Por eso te pido que me concedas sabiduría de corazón para que sepa gobernar a tu pueblo y distinguir entre el bien y el mal. Pues sin ella, ¿quién será capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan grande?»

Al Señor le agradó que Salomón le hubiera pedido sabiduría y le dijo: «Por haberme pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino sabiduría para gobernar, yo te concedo lo que me has pedido.

Te doy un corazón sabio y prudente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti. Te voy a conceder, además, lo que no me has pedido: tanta gloria y riqueza, que no habrá rey que se pueda comparar contigo».



Salmo Responsorial de Hoy Salmo 118, 57 y 72. 76-77. 127-128. 129-130.

A mí, Señor, lo que me toca
es cumplir tus preceptos.
Para mí valen más tus enseñanzas
que miles de monedas de oro y plata.
Yo amo, Señor, tus mandamientos.

Señor, que tu amor me consuele,
conforme a las promesas que me has hecho.
Muéstrame tu ternura y viviré,
porque en tu ley he puesto mi contento.
Yo amo, Señor, tus mandamientos.

Amo, Señor, tus mandamientos
más que el oro purísimo;
por eso tus preceptos son mi guía
y odio toda mentira.
Yo amo, Señor, tus mandamientos.

Tus preceptos, Señor, son admirables,
por eso yo los sigo.
La explicación de tu palabra
da luz y entendimiento a los sencillos.
Yo amo, Señor, tus mandamientos.


Segunda Lectura

Carta de San Pablo a los Romanos 8, 28-30.

Hermanos: Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman a Dios, de aquellos que han sido llamados por él según su designio salvador.

En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que reproduzcan en sí mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino
a la gente sencilla.
Aleluya.


Semana Santa - Via Crusis

Evangelio de Hoy Domingo 30 de Julio de 2023.

Evangelio según San Mateo 13, 44-52.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.

El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.

También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

¿Han entendido todo esto?» Ellos le contestaron: «Sí». Entonces él les dijo: «Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas».


Comentario y Homilía del Evangelio de hoy Domingo 30 de Julio.

Orígenes (c. 185-253)

La perla de gran valor.

Al hombre que «busca perlas finas» se le han de aplicar las siguientes palabras: «Buscad y hallaréis» y «El que busca, halla». En efecto ¿a qué se pueden referir las palabras «buscad» y «el que busca, halla»? Digámoslo sin dudar: a las perlas, y particularmente a la perla adquirida por el hombre que lo ha dado todo y lo ha perdido todo.

Es por esta perla que Pablo dice: «He aceptado perderlo todo para así ganar a Cristo». La palabra «todo» quiere significar las perlas de gran valor, y por la palabra «ganar a Cristo» significa la única perla de gran valor.      Seguramente que la lámpara es de gran valor para los que están en las tinieblas y tienen necesidad de ella hasta que amanezca el sol.

Es de gran valor también la gloria que resplandecía en el rostro de Moisés, y también, creo yo, sobre los demás profetas. Da gusto verla porque nos ayuda a progresar hasta que podamos contemplar la gloria de Cristo, de la cual el Padre da testimonio cuando dice: «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto». «Aquello que fue particularmente glorioso en otro tiempo, ya no lo es puesto que ahora hay una gloria que está por encima de todo».

Tenemos necesidad, en un primer momento, de una gloria susceptible de desaparecer ante la «la gloria que está por encima de todo», tal como tenemos necesidad «de un conocimiento parcial» que «desaparecerá cuando obtenga el conocimiento perfecto».

Así pues, toda alma que todavía se encuentra en la infancia y camina «hacia la perfección de los adultos», tiene necesidad de ser enseñada, rodeada, acompañada hasta que alcance la «plenitud de los tiempos».

Al fin llegará a su madurez y recibirá su patrimonio: la perla de gran valor, «aquello que es perfecto y hace desaparecer lo que es parcial». Llegará a este bien que está por encima de todo: el conocimiento de Cristo.

Pero son muchos los que no comprenden la belleza de las numerosas perlas que tiene la Ley y el «conocimiento parcial» que ya habían dado a conocer todos los profetas; se imaginan, equivocadamente, que sin la Ley y los profetas, perfectamente comprendidos, podrían encontrar la única perla de gran valor…: la plena comprensión del Evangelio y todo el sentido de los actos y las palabras de Jesucristo.


Evangelio de Hoy Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.