Evangelio de Hoy Jueves 16 de Mayo.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Jueves 16 de Mayo y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran la homilía del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación o comentario del evangelio y las homilías diarias.

Jueves de la Séptima semana de Pascua – Lectio Divina 300

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Libro de los Hechos de los Apóstoles 22, 30; 23, 6-11.

En aquellos días, el comandante, queriendo saber con exactitud de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó que le quitaran las cadenas, convocó a los sumos sacerdotes y a todo el sanedrín, y llevando consigo a Pablo, lo hizo comparecer ante ellos.

Como Pablo sabía que una parte del sanedrín era de saduceos y otra de fariseos, exclamó: «Hermanos: Yo soy fariseo, hijo de fariseos, y me quieren juzgar porque espero la resurrección de los muertos».

Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, que ocasionó la división de la asamblea. (Porque los saduceos niegan la otra vida, sea de ángeles o de espíritus resucitados; mientras que los fariseos admiten ambas cosas). Estalló luego una terrible gritería y algunos escribas del partido de los fariseos, se pusieron de pie y declararon enérgicamente: «Nosotros no encontramos ningún delito en este hombre. ¿Quién puede decirnos que no le ha hablado un espíritu o un ángel?»

El alboroto llegó a tal grado, que el comandante, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó traer a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.

En la noche siguiente se le apareció el Señor a Pablo y le dijo: «Ten ánimo, Pablo; porque así como en Jerusalén has dado testimonio de mí, así también tendrás que darlo en Roma».


Salmo Responsorial de HoySalmo 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio.
Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor.
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia;
mi vida está en sus manos.
Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
y con él a mi lado, jamás tropezaré.
Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.

Por eso se me alegran el corazón y el alma,
y mi cuerpo vivirá tranquilo,
porque tú no me abandonarás a la muerte,
ni dejarás que sufra yo la corrupción.
Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.

Enséñame el camino de la vida,
sáciame de gozo en tu presencia
y de alegría perpetua junto a ti.
Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, somos uno,
a fin de que el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Jueves 16 de Mayo de 2024

Evangelio según San Juan 17, 20-26.

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado.

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí.

Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.

Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos».


Homilía del Evangelio de hoy Jueves 16 de Mayo.

En la segunda parte de la oración sacerdotal de Jesús que nos presenta el Evangelio de hoy, vemos las palabras llenas de amor con las que el Señor intercede no sólo por sus discípulos, sino por todos los que creerán en Él a través de su predicación.

Jesús ora diciendo: «No ruego solamente por éstos, sino también por aquellos que por su palabra creerán en mí» (Juan 17:20). ¡Qué consuelo saber que desde antes de su Pasión, Cristo ya estaba pensando en nosotros y elevando su plegaria al Padre por nuestra fe!

Y la petición central de esta oración es la unidad: «Para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Juan 17:21). Jesús anhela que todos los creyentes estemos íntimamente unidos, así como Él está unido al Padre y al Espíritu Santo en la comunión de la Santísima Trinidad.

Esta unidad entre los cristianos es señal de la autenticidad de nuestra fe y testimonio creíble ante el mundo de que Jesucristo es realmente el Enviado de Dios. Lamentablemente, a lo largo de la historia las divisiones y rupturas han debilitado este signo. ¡Cuánta necesidad tenemos de responder al anhelo de unidad expresado por Jesús!

Pero la unidad que Cristo desea para nosotros va más allá de lo externo. Es una unión profunda, mística, por la que participamos de la misma gloria de Dios: «La gloria que me diste, yo les he dado para que sean uno, como nosotros somos uno» (Juan 17:22). Al incorporarnos a Cristo por el Bautismo, somos hechos partícipes de la vida divina y de la gloria eterna.

Finalmente, Jesús expresa el deseo más íntimo de su Corazón: «Quiero que donde yo esté, también estén conmigo los que me has dado, para que contemplen la gloria que me diste» (Juan 17:24). Ésta es la meta última de nuestra fe: la comunión eterna con la Santísima Trinidad en el Cielo.


Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.