Martes 4 de Febrero de 2025
Evangelio de Hoy Martes 4 de Febrero.
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Martes 4 de Febrero y la homilía diaria.
Al final del artículo encontrarán el comentario al Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.
Martes de la IV semana del tiempo ordinario – Lectio Divina 324
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura de Hoy
Carta a los Hebreos 12, 1-4.
Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. Él, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo. Porque todavía no han llegado ustedes a derramar su sangre en la lucha contra el pecado.
Salmo Responsorial de Hoy – Salmo 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32.
Le cumpliré mis promesas al Señor
delante de sus fieles.
Los pobres comerán hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
su corazón ha de vivir para siempre.
Alaben al Señor los que lo buscan.
Recordarán al Señor y volverán a él
desde los últimos lugares del mundo;
en su presencia se postrarán
todas las familias de los pueblos.
Solo ante él se postrarán todos los que mueren.
Alaben al Señor los que lo buscan.
Mi descendencia lo servirá
y le contará a la siguiente generación,
al pueblo que ha de nacer;
la justicia del Señor
y todo lo él ha hecho.
Alaben al Señor los que lo buscan.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades
y cargó con nuestros dolores.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Martes 4 de Febrero de 2025
Evangelio según San Marcos 5, 21-43.
En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?” Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ ” Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.
“¡Talitá, kum!”
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?” Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
Homilía de hoy Martes 4 de Febrero.
Las dos historias entrelazadas que hoy nos presenta el Evangelio de Hoy -La curación de la mujer que padecía hemorragias y la resurrección de la hija de Jairo- nos revelan aspectos fundamentales sobre la fe y el poder sanador de Jesús. Ambos relatos nos muestran diferentes aproximaciones a Cristo, pero unidos por una misma confianza inquebrantable en su poder salvador.
Por un lado, contemplamos a Jairo, un hombre de posición respetable que públicamente se postra ante Jesús suplicando por su hija. Por otro, vemos a una mujer marginada por su enfermedad, que se acerca silenciosamente entre la multitud para tocar el manto del Señor. Ambas historias nos enseñan que Jesús acoge tanto la súplica pública como el gesto discreto de fe.
La paciencia de Jairo durante la «interrupción» de su urgente petición nos invita a confiar en los tiempos de Dios, que no siempre coinciden con nuestras expectativas. Mientras tanto, el gesto de la mujer nos recuerda que incluso el más mínimo acto de fe puede desencadenar el poder sanador de Cristo.
El «no temas, solamente ten fe» que Jesús dirige a Jairo resuena especialmente en nuestros momentos de duda y desesperación. Ante situaciones que parecen irremediables, el Señor nos invita a mantener viva la esperanza y la confianza en su poder vivificador.
La resurrección de la niña y la curación de la mujer son manifestaciones del mismo poder divino que sigue actuando hoy en nuestra Iglesia. Que estas curaciones fortalezcan nuestra fe y nos recuerden que para Dios nada es imposible cuando nos acercamos a Él con confianza sincera.
Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy
Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento y los invitamos a visitar Santo Rosario y Evangelio de hoy para ver el Evangelio de Hoy en video.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.