Evangelio de Hoy Martes 5 de Noviembre.
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Martes 5 de Noviembre y la homilía diaria.
Al final del artículo encontrarán el comentario al Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.
Martes de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario – Lectio Divina 486
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura de Hoy
Carta de San Pablo a los Filipenses 2, 5-11.
Hermanos:
Tengan los mismos sentimientos
que tuvo Cristo Jesús,
el cual, siendo Dios,
no consideró que debía aferrarse
a las prerrogativas de su condición divina,
sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo
tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo
y por obediencia aceptó incluso la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas
y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre,
para que al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos,
y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.
Salmo Responsorial de Hoy – Salmo 21, 26b-27. 28-30ab. 30c. 31-32.
Le cumpliré mis promesas al Señor
delante de sus fieles.
Los pobres comerán hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
su corazón ha de vivir para siempre.
Alabemos juntos al Señor.
Recordarán al Señor y volverán a él
desde los ultimes lugares del mundo;
en su presencia se postrarán
todas las familias de los pueblos.
Alabemos juntos al Señor.
Porque del Señor es rey,
él gobierna a los pueblos.
y sólo ante él se postrarán
todos los que mueren.
Alabemos juntos al Señor.
Mi descendencia lo servirá
y le contará a la siguiente generación,
al pueblo que ha de nacer,
la justicia del Señor
y todo lo que él ha hecho.
Alabemos juntos al Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados
y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Martes 5 de Noviembre de 2024
Evangelio según San Lucas 14, 15-24.
En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: “Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios”.
Entonces Jesús le dijo: “Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: ‘Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes’. Otro le dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes’. Y otro más le dijo: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir’.
Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: ‘Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos’.
Cuando regresó el criado, le dijo: ‘Señor, hice lo que me ordenaste, y todavía hay lugar’. Entonces el amo respondió: ‘Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete’ ”.
Homilía de hoy Martes 5 de Noviembre.
La parábola del gran banquete que hoy meditamos nos revela tanto la generosidad de Dios como la frecuente indiferencia humana ante su invitación al Reino. En ella, encontramos una profunda enseñanza sobre la naturaleza de la salvación y nuestra respuesta a la llamada divina.
Las excusas de los invitados iniciales son reveladoras: un campo que ver, unos bueyes que probar, un reciente matrimonio. Ninguna de estas razones es intrínsecamente mala, pero todas reflejan la tendencia humana a priorizar lo inmediato sobre lo eterno, lo material sobre lo espiritual. Son imagen de cómo las preocupaciones cotidianas pueden convertirse en obstáculos para responder a la invitación de Dios.
La reacción del anfitrión, enviando a buscar a los pobres, lisiados, ciegos y cojos, nos muestra la universalidad de la salvación. Dios no se detiene ante el rechazo inicial, sino que amplía su invitación, especialmente hacia aquellos que la sociedad considera menos dignos. Es más, su casa debe llenarse, revelándonos el ardiente deseo de Dios de compartir su vida con nosotros.
Esta parábola nos interpela hoy: ¿Qué excusas ponemos para no responder a la invitación de Dios? ¿Qué ocupaciones, aparentemente legítimas, nos están alejando del banquete del Reino? La urgencia del mensaje es clara: el tiempo de la gracia es ahora, y las excusas pueden convertirse en un rechazo definitivo.
Pidamos la sabiduría para reconocer la importancia de esta invitación divina y la gracia de responder a ella con prontitud y generosidad, sin permitir que las preocupaciones mundanas nos priven del banquete eterno.
Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy
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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.
