Evangelio de Hoy Domingo 1 de Junio de 2025.
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Domingo 1 de Junio y la homilía diaria.
Al final del artículo encontrarán el comentario al Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.
Solemnidad de la Ascensión del Señor – Lectio Divina 58
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura de Hoy Domingo 1 de Junio

Libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11.
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: “No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.
Los ahí reunidos le preguntaban: “Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?” Jesús les contestó: “A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra”.
Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse”.
Salmo Responsorial de Hoy – Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9.
Aplaudan, pueblos todos,
aclamen al Señor, de gozos llenos;
que el Señor, el Altisimo, es terrible
y de toda la tierra, rey supremo.
Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Entre voces de júbilo y trompetas,
Dios, el Señor, asciende hasta su trono.
Cantemos en honor de nuestro Dios,
al rey honremos y cantemos todos.
Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Porque Dios es el rey del universo,
cantemos el mejor de nuestros cantos.
Reina Dios sobre todas las naciones
desde su trono santo.
Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya

Segunda Lectura de Hoy Domingo 1 de Junio
Carta a los Hebreos 9, 24-28; 10, 19-23.
Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros.
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.
Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor, y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Domingo 1 de Junio de 2025.
Evangelio según San Lucas 24, 46-53.
En aquel tiempo, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”.
Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecían constantemente en el templo, alabando a Dios.

Homilía de hoy Domingo 1 de Junio.
Homilía: La Ascensión y la misión universal.
El pasaje evangélico que hoy contemplamos nos sitúa en el momento culminante de la presencia visible de Cristo resucitado entre sus discípulos: su Ascensión al cielo. Estas palabras finales del Señor contienen el testamento espiritual que deja a su Iglesia y la misión que le confía para todos los tiempos.
«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día.» El Señor recapitula el núcleo del misterio pascual, mostrando cómo los acontecimientos de su pasión y resurrección no fueron accidentes históricos, sino cumplimiento de las promesas divinas. La cruz y la gloria forman una unidad indisoluble en el plan salvífico.
Inmediatamente, Cristo revela el alcance universal de su obra: «Y en su nombre se predicará la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.» La salvación trasciende las fronteras étnicas y religiosas para ofrecerse a toda la humanidad. Esta universalidad no niega la particularidad de la elección de Israel, sino que la plenifica: comenzando por Jerusalén, la Buena Nueva debe extenderse hasta los confines de la tierra.
Vosotros sois testigos de estas cosas.
«Vosotros sois testigos de estas cosas.» Los apóstoles no son simplemente maestros de doctrinas abstractas, sino testigos oculares de acontecimientos históricos concretos. Su autoridad apostólica se fundamenta en haber visto, oído y tocado al Verbo de la vida. Este testimonio personal e intransferible constituye el cimiento sobre el cual se edifica la fe de la Iglesia.
La promesa del Espíritu Santo aparece como condición indispensable para el cumplimiento de la misión: «Yo voy a enviar sobre vosotros lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.» La eficacia del testimonio apostólico no depende de capacidades humanas, sino de la fuerza transformadora del Espíritu.
El pasaje culmina con la Ascensión misma: Cristo bendice a sus discípulos y se separa de ellos elevándose al cielo. Lejos de generar tristeza, este acontecimiento llena de gozo a los apóstoles, quienes regresan a Jerusalén «alabando continuamente a Dios en el templo».
Esta alegría paradójica revela la madurez espiritual alcanzada por los discípulos: comprenden que la ausencia física del Maestro inaugura una presencia espiritual más universal y permanente.
Evangelio de Hoy – Agradece
Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento; y los invitamos a visitar Santo Rosario y Evangelio de hoy para ver el Evangelio y Homilía de Hoy en video.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.