Evangelio de Hoy Viernes 25 de Abril de 2025.
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Viernes 25 de Abril y la homilía diaria.
Al final del artículo encontrarán el comentario al Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.
Viernes en la Octava de Pascua – Lectio Divina 265
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura de Hoy 18 de Abril
Libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12.
En aquellos días, mientras Pedro y Juan hablaban al pueblo, se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos, indignados porque los apóstoles enseñaban al pueblo y anunciaban la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Los aprehendieron, y como ya era tarde, los encerraron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero ya muchos de los que habían escuchado sus palabras, unos cinco mil hombres, habían abrazado la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, el sumo sacerdote Anás, Caifás, Juan, Alejandro y cuantos pertenecían a las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer ante ellos a Pedro y a Juan y les preguntaron: “¿Con qué poder o en nombre de quién han hecho todo esto?”
Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: “Jefes del pueblo y ancianos, puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos”.

Salmo Responsorial de Hoy – Salmo 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno,
porque tu misericordia es eterna.
Diga la casa de Israel:
“Su misericordia es eterna”.
Digan los que temen al Señor:
“Su misericordia es eterna”.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular. Aleluya.
La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente.
Este es el día del triunfo del Señor:
día de júbilo y de gozo.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular. Aleluya.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria.
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Que Dios desde su templo nos bendiga.
Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular. Aleluya.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Éste es el día del triunfo del Señor,
día de júbilo y de gozo.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Viernes 25 de Abril de 2025.
Evangelio según San Juan 21, 1-14.
En aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Caná de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le respondieron: “También nosotros vamos contigo”. Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿han pescado algo?” Ellos contestaron: “No”. Entonces él les dijo: “Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces”. Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: “Es el Señor”. Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado y pan. Jesús les dijo: “Traigan algunos pescados de los que acaban de pescar”. Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: “Vengan a almorzar”. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ‘¿Quién eres?’, porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado.
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Homilía de hoy Viernes 25 de Abril.
Homilía: Redes Vacías, Corazones Llenos.
El relato de la pesca milagrosa nos presenta un momento particularmente conmovedor del encuentro con el Resucitado. Tras la intensidad de los acontecimientos pascuales, los discípulos regresan a lo cotidiano, a lo familiar: la pesca en el lago de Tiberíades.
Este retorno a la rutina anterior refleja nuestra propia experiencia espiritual. Después de momentos de intensidad religiosa, volvemos a las ocupaciones ordinarias, donde parece más difícil reconocer la presencia divina. Los discípulos pescan toda la noche sin resultado, imagen elocuente de nuestros esfuerzos cuando actuamos confiando solo en nuestras capacidades.
Al amanecer -hora simbólica del nuevo comienzo- aparece Jesús en la orilla. No lo reconocen inmediatamente, como sucede tantas veces con nosotros, que tenemos al Señor cerca pero nuestros ojos están velados por las preocupaciones cotidianas.
Su consejo es sencillo pero transformador: «Echen la red a la derecha». A veces, la diferencia entre el fracaso y el éxito radica simplemente en obedecer la Palabra, en cambiar ligeramente nuestra perspectiva. La abundancia de la pesca -153 peces grandes- manifiesta la sobreabundancia de la gracia divina cuando actuamos según su indicación.
Es el discípulo amado quien primero reconoce al Señor: «¡Es el Señor!» El amor tiene una particular capacidad para percibir la presencia divina. Pedro, con su ímpetu característico, se lanza al agua, incapaz de esperar. Cada uno responde según su temperamento al mismo encuentro transformador.
En la orilla, Jesús ha preparado ya el fuego y el pan, pero pide también de los peces recién pescados. Así integra lo que Él da con lo que nosotros aportamos, por pequeño que sea. La comida compartida a orillas del lago es un nuevo signo de comunión, que anticipa nuestro banquete eucarístico.
Que sepamos reconocer al Resucitado en lo ordinario de nuestra vida, obedeciendo su Palabra y compartiendo su mesa, para que nuestras redes vacías se transformen en corazones rebosantes de su presencia.
Evangelio de Hoy – Agradece
Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento; y los invitamos a visitar Santo Rosario y Evangelio de hoy para ver el Evangelio y Homilía de Hoy en video.
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.