En la Iglesia Católica, cada día se celebra la vida y el legado de un santo o santa. El 17 de febrero, recordamos a un grupo especial de santos conocidos como los 7 Santos Fundadores. Estos santos, cuyos nombres son Bonfilius, Bonajuncta, Manettus, Amadeus, Hugo, Sostene, y Alexis, son venerados como un ejemplo de fe y devoción.

La historia de los Santos Fundadores

La historia de los Santos Fundadores se remonta al siglo XIII, en la ciudad de Florencia, Italia. En un tiempo de gran agitación y corrupción en la Iglesia, estos siete hombres decidieron abandonar sus riquezas y privilegios para vivir una vida de pobreza y servicio a Dios.

Guiados por su profunda fe y su deseo de reformar la Iglesia, los 7 Santos Fundadores fundaron la Orden de los Siervos de María, también conocida como los Servitas. Esta orden religiosa se dedicó a la oración, la penitencia y la ayuda a los más necesitados, siguiendo el ejemplo de la Virgen María y su dolor durante la crucifixión de Jesús.

El legado de los 7 Santos Fundadores

Los Santos Fundadores dejaron un legado duradero en la Iglesia Católica. Su ejemplo de humildad, sacrificio y amor por Dios ha inspirado a muchas personas a lo largo de los siglos. A través de su orden religiosa, los Servitas, continuaron su misión de servir a los demás y difundir el mensaje del Evangelio.

La devoción a los 7 Santos Fundadores se ha extendido por todo el mundo, y muchos católicos los consideran intercesores poderosos en tiempos de necesidad. Se les invoca especialmente en momentos de dificultad, enfermedad o pérdida, confiando en su intercesión ante Dios.

La importancia de su ejemplo en nuestra vida

La vida de los santos nos brinda un ejemplo valioso de cómo vivir nuestra fe en medio de los desafíos y pruebas de la vida cotidiana. Los 7 Santos Fundadores nos enseñan la importancia de renunciar a las cosas materiales y buscar la voluntad de Dios en todo momento.

Al seguir su ejemplo, podemos encontrar consuelo y fortaleza en nuestra relación con Dios. Al igual que los Santos Fundadores, podemos buscar la reforma y la renovación en nuestra propia vida espiritual y en la Iglesia en general.

En conclusión, el 17 de febrero recordamos a los 7 Santos Fundadores, un grupo de santos que dejaron todo por amor a Dios y a sus hermanos. Su ejemplo de fe y devoción nos inspira a vivir nuestra fe de manera auténtica y a buscar siempre la voluntad de Dios en nuestras vidas. Que su intercesión nos fortalezca y nos guíe en nuestro camino de fe.