Evangelio de Hoy Domingo 14 de Enero.
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Domingo 14 de Enero y la homilía diaria.
Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.
Segundo Domingo Ordinario- Lectio Divina 65
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura
Primer Libro de Samuel 3, 3b-10. 19.
En aquellos días, el joven Samuel servía en el templo a las órdenes del sacerdote Elí. Una noche, estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste respondió: «Aquí estoy».
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?» Respondió Elí: «Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte». Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?» Respondió Elí: «No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte».
Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: «Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?»
Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: «Ve a acostarte, y si te llama alguien, responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha’ «. Y Samuel se fue a acostar.
De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: «Samuel, Samuel». Éste respondió: «Habla, Señor; tu siervo te escucha».
Samuel creció y el Señor estaba con él. Y todo lo que el Señor le decía, se cumplía.
Salmo Responsorial de Hoy –Salmo 39, 2 y 4ab. 7-8a. 8b-9. 10.
Esperé en el Señor con gran confianza;
él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias.
El me puso en la boca un canto nuevo,
un himno a nuestro Dios.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas no quisiste,
abriste, en cambio, mis oídos a tu voz.
No exigiste holocaustos por la culpa,
así que dije: «Aquí estoy «.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
En tus libros se me ordena
hacer tu voluntad.;
esto es Señor, lo que deseo
tu ley en medio de mi corazón.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He anunciado tu justicia
en la gran asamblea;
no he cerrado mis labios:
tú lo sabes, Señor.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Segunda Lectura
Primera Carta de San Pablo a los Corintios 6, 13c-15a. 17-20.
Hermanos: El cuerpo no es para fornicar, sino para servir al Señor; y el Señor, para santificar el cuerpo. Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder.
¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo? Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él. Huyan, por lo tanto, de la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa una persona, queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo.
¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que han recibido de Dios y habita en ustedes? No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy caro. Glorifiquen, pues, a Dios con el cuerpo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Hemos encontrado a Cristo, el Mesías.
La gracia y la verdad nos han llegado por él.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Domingo 14 de Enero de 2024.
Evangelio según San Juan 1, 35-42.
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: «Éste es el Cordero de Dios». Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: «¿Qué buscan?» Ellos le contestaron: «¿Dónde vives, Rabí?» (Rabí significa ‘maestro’). Él les dijo: «Vengan a ver».
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías» (que quiere decir ‘el Ungido’). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás» (que significa Pedro, es decir ‘roca’).
Homilía del Evangelio de hoy Domingo 14 de Enero.
El evangelio de hoy revela un momento importante: cuando los primeros discípulos comienzan a seguir a Jesús. Todo comienza cuando Juan el Bautista, al ver pasar a Jesús, declara: “Este es el Cordero de Dios”.
Ante esto, dos de los discípulos de Juan deciden ir tras Jesús. Él se da cuenta, se vuelve y les pregunta: “¿Qué buscan?”. Su respuesta es sencilla pero profunda: “Rabí… ¿dónde vives?”. No buscan favores ni milagros, sólo desean estar con el Maestro, conocerlo, saber dónde mora.
Uno de estos discípulos era Andrés, quien luego de pasar el día con Jesús, encuentra a su hermano Simón y le dice lleno de emoción: “Hemos encontrado al Mesías”. Y lo lleva ante la presencia del Salvador. Cuando Jesús lo ve, lo llama “Cefas”, que significa Pedro.
Hermanos, al igual que aquellos primeros discípulos, estamos llamados a tener un encuentro personal con Cristo, a buscar su compañía antes que sus dádivas, y luego a conducir a nuestros seres queridos a su redil, para que también ellos lo conozcan como el Mesías y sean transformados. ¡Sigamos a Jesús! Él nos llama a cada uno por nuestro nombre para que vivamos en su amistad.
Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy
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