Evangelio de Hoy Domingo 27 de Octubre.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Domingo 27 de Octubre y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

XXXX Domingo ordinarioLectio Divina 149

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura

Libro de Jeremías 31,7-9.

Esto dice el Señor:
“Griten de alegría por Jacob,
regocíjense por el mejor de los pueblos;
proclamen, alaben y digan:
‘El Señor ha salvado a su pueblo,
al grupo de los sobrevivientes de Israel’.

He aquí que yo los hago volver del país del norte
y los congrego desde los confines de la tierra.
Entre ellos vienen el ciego y el cojo,
la mujer encinta y la que acaba de dar a luz.

Retorna una gran multitud;
vienen llorando, pero yo los consolaré y los guiaré;
los llevaré a torrentes de agua
por un camino llano en el que no tropezarán.
Porque yo soy para Israel un padre
y Efraín es mi primogénito”.


Salmo Responsorial de Hoy Salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio,
creíamos soñar;
entonces no cesaba de reír nuestra boca
ni se cansaba entonces la lengua de cantar.
Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Aun los mismos paganos con asombro decían: 
“¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!”
Y estábamos alegres,
pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.
Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.


Como cambian los ríos la suerte del desierto,
cambia también ahora nuestra suerte, Señor, 
y entre gritos de júbilo 
cosecharán aquellos que siembran con dolor.
Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Al ir, iba llorando, cargando la semilla;
al regresar, cantando vendrán con sus gavillas.
Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.


Segunda Lectura.

Carta a los Hebreos 5, 1-6.

Hermanos: Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios.

Nadie puede apropiarse ese honor, sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. De igual manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se la otorgó quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte
y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Domingo 27 de Octubre de 2024.

Evangelio según San Marcos 10, 46-52.

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”.

Jesús se detuvo entonces y dijo: “Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Ánimo! Levántate, porque él te llama”. El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le contestó: “Maestro, que pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete; tu fe te ha salvado”. Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino.


Homilía de hoy Domingo 27 de Octubre.

Hoy meditamos sobre el conmovedor encuentro entre Jesús y Bartimeo, el ciego de Jericó, un relato que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia ceguera espiritual y nuestro anhelo de ver con los ojos de la fe.

Bartimeo, sentado al borde del camino, representa a toda la humanidad que vive en las periferias de la existencia, anhelando una luz que dé sentido a su vida. Su grito, «Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí», resuena como el eco de nuestra propia necesidad de salvación. A pesar de quienes intentan silenciarlo, él persiste en su clamor, enseñándonos el valor de la perseverancia en la oración.

La respuesta de Jesús es reveladora: «¿Qué quieres que haga por ti?» Una pregunta que también nos dirige a cada uno de nosotros. ¿Qué le pedimos realmente al Señor? ¿Reconocemos nuestra ceguera espiritual? La respuesta de Bartimeo es simple y profunda: «Maestro, que pueda ver.» No solo desea la vista física, sino una mirada nueva que le permita reconocer y seguir a Jesús.

El momento de la curación es también un momento de decisión: Bartimeo, al recobrar la vista, no regresa a su vida anterior, sino que sigue a Jesús por el camino. Esta es la verdadera conversión: cuando nuestros ojos se abren, no podemos sino seguir al Señor.

Pidamos hoy la gracia de reconocer nuestra propia ceguera, de clamar con insistencia al Señor, y de tener el valor de seguirle cuando Él nos abra los ojos. Que nuestra fe nos permita ver más allá de las apariencias y reconocer a Cristo presente en nuestro camino.


Evangelio de Hoy Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento y los invitamos a visitar Santo Rosario y Evangelio de hoy para ver el Evangelio y la Homilía de Hoy en video.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.