Evangelio Católico de Hoy – Lectio Divina
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Domingo 5 de Junio y la homilía diaria.
Al final del artículo encontraran el Evangelio del día de hoy en video para todos aquellos que no puedan o quieran leer, o porque, simplemente, les gusta más escuchar el evangelio del día y las homilías diarias en la voz del Padre Efraín Castaño Arboleda.
Al final del video encontraran el comentario y la reflexión del Evangelio de hoy. Feliz y bendecido día para todos.
Domingo de Pentecostés – Misa del día – Leccionario: 63
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura
Libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11.
El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse.
En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: “¿No son galileos, todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua”.
Salmo Responsorial – Salmo 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34.
Bendice al Señor, alma mía;
Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor!
La tierra está llena de tus creaturas.
Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
Si retiras tu aliento,
toda creatura muere y vuelve al polvo.
pero envías tu espíritu, que da vida,
y renuevas el aspecto de la tierra.
Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
Que Dios sea glorificado para siempre
y se goce en sus creaturas.
Ojalá que le agraden mis palabras
y yo me alegraré en el Señor.
Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
Segunda Lectura
Carta de San Pablo a los Romanos 8,8-17.
Hermanos: Los que viven en forma desordenada y egoísta no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no llevan esa clase de vida, sino una vida conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. En cambio, si Cristo vive en ustedes, aunque su cuerpo siga sujeto a la muerte a causa del pecado, su espíritu vive a causa de la actividad salvadora de Dios. Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él.
Sequencia – Veni, Sancte Spiritus
Ven, Dios Espíritu Santo,
y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminarnos.
Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.
Fuente de todo consuelo,
amable huésped de alma,
paz en las horas de duelo.
Eres pausa en al trabajo;
brisa, en un clima de fuego;
consuelo, en medio del llanto.
Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran.
Sin tu inspiración
divina los hombres nada
podemos y el pecado nos domina.
Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestras desiertos
y cura nuestras heridas.
Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestras frialdad,
endereza nuestras sendas.
Concede a aquellos que ponen
en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.
Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Domingo 5 de Junio de 2022
Evangelio según San Juan 20, 19-23.
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”.
Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Comentario del Evangelio de hoy Domingo 5 de Junio.
Pentecostés es la palabra griega que significa «cincuentena». Este día cincuenta que celebraba el pueblo judío, se contaba a partir del día que habían inmolado el cordero pascual; y eso era porque, cincuenta días después de la salida de Egipto, la Ley fue dada sobre la cumbre ardiente del monte Sinaí.
De igual manera, en el Nuevo Testamento, cincuenta días después de la Pascua de Cristo, el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y se les apareció en forma de lenguas de fuego. La Ley fue dada en el monte Sinaí, el Espíritu en el monte Sión; la Ley en la cima del monte, el Espíritu en el Cenáculo.
«Todos los discípulos estaba juntos el día de Pentecostés. De repente, un ruido del cielo»… Tal como lo dice un salmo: «el correr de las acequias alegra la ciudad de Dios». Un gran ruido acompaña la llegada de aquel que venía a enseñar a los fieles.
Fijaos como eso está de acuerdo con lo que leemos en el Éxodo: «Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar».
El primer día fue la encarnación de Cristo; el segundo día, su Pasión; el tercer día el envío del Espíritu Santo. Llega ese día: se oye el trueno, hay un gran ruido, brillan los relámpagos –los milagros de los apóstoles-; un nube espesa –la compunción del corazón y la penitencia- cubre la montaña, el pueblo de Jerusalén.
«Vieron aparecer unas lenguas como llamaradas de fuego». Unas lenguas, las de la serpiente, de Eva y Adán, habían hecho entrar la muerte en este mundo. Por eso el Espíritu aparece en forma de lenguas, oponiendo lenguas a lenguas, curando a través del fuego el veneno mortal. (…) «Y empezaron a hablar». Este es el signo de la plenitud; el vaso lleno hasta rebosar; el fuego que no se puede contener…
Estas diversas lenguas son las diferentes lecciones que nos ha dejado Cristo, como son la humildad, la pobreza, la paciencia, la obediencia. Hablamos estas diversas lenguas cuando damos ejemplo de estas virtudes al prójimo. La palabra es viva cuando hablan las obras. ¡Hagamos hablar a las obras!
El Evangelio de Hoy Domingo 5 de Junio en Video
Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento y al Padre Efraín y su equipo por los videos.
Homilía del Evangelio de Hoy
Padre Efraín Castaño Arboleda
Después de la ascensión del señor prácticamente entre los discípulos, entre la primera comunidad hubo una crisis, un pequeño caos porque claro, el maestro ya no está, ya no podemos caminar con él, ya no podemos sentir su respiración, no podemos ya ver su sonrisa, no podemos seguir sus pasos, estaban un poco en crisis.
Precisamente el espíritu santo es prometido por el señor para dos cosas, primero, paz a ustedes, el espíritu santo no produce el caos, el espíritu santo produce la unidad, el espíritu santo viene a quitar la desesperación la confusión a otorgar el equilibrio que da la paz, la certeza que da la verdad.
Cristo es la verdad, entonces reposamos en él, pero luego viene el don del espíritu santo. Vayan por el mundo entero, reciban el espíritu santo, vayan a anunciar y perdonen para que sean perdonados.
Pentecostés, en este tiempo de crisis qué bueno poder tener en cuenta que el espíritu santo viene a darnos la paz, la paz, que comenzando por el espíritu va llegando a todo nuestro entorno y también entonces nos invita a entregar el evangelio que en el perdón tiene una expresión inmensamente bella y hermosa.
Por eso hoy como aquellos que estaban reunidos en el cenáculo, recibamos el espíritu santo como luz, como fuego para nuestra vida, que el señor hoy derrame sobre ti todos sus bienes, en el nombre del padre y del hijo y del espíritu santo, amén.
¿Qué es Pentecostés?
¿Qué es El Santo Rosario?
Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.