Evangelio de Hoy Jueves 21 de Noviembre.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Jueves 21 de Noviembre y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran la homilía del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación o comentario del evangelio y las homilías diarias.

Memoria de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María Lectio Divina 500

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Apocalipsis 5, 1-10.

Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi un ángel poderoso, que gritaba con fuerte voz: “¿Quién es digno de abrir el libro y de romper sus sellos?” Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni ver su contenido.

Lloré mucho porque no había nadie digno de abrir el libro y de ver su contenido. Entonces, uno de los ancianos me dijo: “Ya no llores, porque ha vencido el león de la tribu de Judá, el descendiente de David, y él va a abrir el libro y sus siete sellos”.

Vi entonces junto al trono, en medio de los cuatro seres vivientes y de los ancianos, un Cordero. Estaba de pie, y mostraba las señales de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios, enviados por toda la tierra.

Se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y al tomarlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero, con sus cítaras y sus copas de oro llenas de incienso, que significan las oraciones de los santos. Y se pusieron a cantar un cántico nuevo, diciendo:

“Tú eres digno de tomar el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste sacrificado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de todas las razas y lenguas,
de todos los pueblos y naciones,
y con ellos has constituido un reino de sacerdotes,
que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra”.


Salmo Responsorial de HoySalmo 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b.

Entonen al Señor un canto nuevo,
en la reunión litúrgica proclámenlo.
En su creador y rey, en el Señor,
alégrese Israel, su pueblo santo.
Bendito sea el Señor.

En honor de su nombre, que haya danzas,
alábenlo con arpa y tamboriles.
El Señor es amigo de su pueblo
y otorga la victoria a los humildes.
Bendito sea el Señor.

Que se alegren los fieles en el triunfo,
y que inunde el regocijo sus hogares,
que alaben al Señor con sus palabras,
porque en esto su pueblo se complace.
Bendito sea el Señor.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto, dice el Señor.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Jueves 21 de Noviembre de 2024

Evangelio según San Lucas 19, 41-44.

En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:

“¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba”.


Homilía de hoy Jueves 21 de Noviembre.

En este conmovedor pasaje, contemplamos a Jesús llorando sobre Jerusalén. Sus lágrimas revelan el profundo dolor que siente ante la ceguera espiritual de la ciudad santa, que no ha sabido reconocer el tiempo de su visita. Este momento nos invita a reflexionar sobre nuestra propia capacidad de reconocer y responder a la presencia de Dios en nuestras vidas.

Las lágrimas de Cristo no son simplemente una manifestación de tristeza, sino una expresión de su amor profundo por su pueblo. Él llora porque ve el destino trágico que espera a la ciudad por su rechazo a la salvación que les trae. Esta escena nos muestra la dimensión humana de Jesús, capaz de conmoverse profundamente por aquellos que ama, aun cuando estos no correspondan a su amor.

La profecía sobre la destrucción de Jerusalén nos advierte sobre las consecuencias de no reconocer los signos de los tiempos. En nuestra época, también podemos estar ciegos ante las visitas de Dios a nuestras vidas, absortos en nuestras preocupaciones mundanas, sordos a sus llamadas de conversión.

La paz que Jerusalén no supo reconocer es la misma que Cristo nos ofrece hoy. No es una paz superficial, sino aquella que nace del encuentro verdadero con Dios, del reconocimiento de su presencia salvadora en nuestra historia personal y comunitaria.

Que este pasaje nos ayude a estar atentos a los signos de la presencia de Dios en nuestras vidas, a no endurecer nuestros corazones ante sus llamadas, y a responder con generosidad a su amor. Que no tengamos que lamentar, como Jerusalén, haber dejado pasar el tiempo de nuestra visita.


Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.