Evangelio de Hoy Jueves 8 de Agosto.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Jueves 8 de Agosto y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran la homilía del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación o comentario del evangelio y las homilías diarias.

Memoria de Santo Domingo – Lectio Divina 410

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Libro de Jeremías 31, 31-34.

«Se acerca el tiempo, dice el Señor,
en que haré con la casa de Israel
y la casa de Judá una alianza nueva.
No será como la alianza que hice con los padres de ustedes,
cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto.
Ellos rompieron mi alianza
y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos.

Ésta será la alianza nueva
que voy a hacer con la casa de Israel:
Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente
y voy a grabarla en sus corazones.
Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano,
diciéndole: ‘Conoce al Señor’,
porque todos me van a conocer,
desde el más pequeño hasta el mayor de todos,
cuando yo les perdone sus culpas
y olvide para siempre sus pecados».


Salmo Responsorial de HoySalmo 50, 12-13. 14-15. 18-19.

Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.
Crea en mí, Señor, un corazón puro.

Devuélveme tu salvación, que regocija,
mantén en mí un alma generosa.
Enseñaré a los descarriados tus caminos
y volverán a ti los pecadores.
Crea en mí, Señor, un corazón puro.

Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios
y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría.
Un corazón contrito te presento,
y un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.
Crea en mí, Señor, un corazón puro.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Jueves 8 de Agosto de 2024

Evangelio según San Mateo 16, 13-23.

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas».

Luego les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».

Jesús le dijo entonces: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella.

Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo». Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: «No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti». Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!»


Homilía de hoy Jueves 8 de Agosto.

El pasaje que hoy meditamos es de una importancia fundamental en la revelación de la identidad de Jesús y en la fundación de la Iglesia. Este texto nos invita a reflexionar sobre nuestra propia comprensión de quién es Jesús y sobre nuestro papel en su misión.

La escena se desarrolla en Cesarea de Filipo, un lugar significativo por su diversidad religiosa y cultural. Allí, Jesús plantea a sus discípulos una pregunta crucial: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Las respuestas que recibe reflejan las diversas opiniones que circulaban sobre Él: Juan el Bautista, Elías, Jeremías o alguno de los profetas. Estas respuestas, aunque respetuosas, no captan la verdadera identidad de Jesús.

Es entonces cuando Jesús dirige la pregunta directamente a sus discípulos: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Esta pregunta resuena a través de los siglos y nos interpela directamente a cada uno de nosotros hoy. ¿Quién es Jesús para mí? ¿Cómo respondo yo a esta pregunta fundamental?

La respuesta de Pedro es inspirada: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». Esta confesión de fe va más allá de las expectativas humanas y las especulaciones populares. Reconoce en Jesús no solo al Mesías esperado, sino al Hijo de Dios encarnado. Jesús confirma que esta revelación no proviene de la carne ni de la sangre, sino del Padre celestial.

Es en este contexto que Jesús declara: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Aquí vemos el fundamento de la autoridad apostólica en la Iglesia. Pedro, cuyo nombre significa «roca», se convierte en el cimiento visible sobre el cual Cristo construirá su Iglesia. La promesa de que «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» nos asegura la indefectibilidad de la Iglesia a pesar de las dificultades y persecuciones que pueda enfrentar.

Sin embargo, el pasaje no termina aquí. Inmediatamente después, cuando Jesús comienza a anunciar su pasión y muerte, Pedro intenta disuadirlo. La respuesta de Jesús es severa: «¡Apártate de mí, Satanás! Eres un obstáculo para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».

Este contraste dramático nos recuerda que incluso aquellos que han recibido grandes revelaciones pueden caer en el error cuando se dejan guiar por criterios puramente humanos. Nos advierte contra la tentación de querer un mesianismo sin cruz, un cristianismo cómodo que evita el sacrificio y el sufrimiento.

Como discípulos de Cristo, este pasaje nos desafía en varios niveles. Primero, nos invita a profundizar constantemente en nuestra comprensión de quién es Jesús, no conformándonos con respuestas superficiales o de segunda mano. Segundo, nos recuerda nuestra responsabilidad de ser «piedras vivas» en la edificación de la Iglesia, colaborando con Cristo en su misión. Tercero, nos advierte sobre la necesidad de alinear nuestros pensamientos con los de Dios, incluso cuando esto implique abrazar la cruz.

Que el Señor nos conceda la gracia de una fe firme como la de Pedro, un corazón dispuesto al servicio, y la sabiduría para discernir y seguir los caminos de Dios en nuestras vidas.


Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.