Evangelio de Hoy Lunes 10 de Julio.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Lunes 10 de Julio y la homilía diaria.

Al final del artículo encontrarán el comentario al Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

Lunes de la XIV semana del Tiempo ordinario – Lectio Divina 383

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Libro de Génesis 28, 10-22.

En aquel tiempo, Jacob salió de Berseba y se dirigió a Jarán. Al llegar a cierto lugar, se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se acostó en aquel sitio.

Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra y con la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y oyó que le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de tu padre, Abraham, y el Dios de Isaac.

Te voy a dar a ti y a tus descendientes la tierra en que estás acostado. Tus descendientes van a ser tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el oriente y el poniente, hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus descendientes serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.

Yo estoy contigo, te cuidaré por dondequiera que vayas, te haré regresar a esta tierra y no te abandonaré ni dejaré de cumplir lo que te he prometido”.

Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía”. Y exclamó asustado: “¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo”.

Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite sobre ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre primitivo era Luz.

Jacob hizo una promesa, diciendo: “Si Dios está conmigo, si me cuida en el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme, si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios y esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios. Y de todo lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo”.


Semana Santa - Via Crusis

Salmo Responsorial de Hoy Salmo 90, 1-2. 3-4. 14-15ab.

Tú que vivas al amparo del Altísimo
y descansas a la sombra del Todopoderoso,
dile al Señor: Tú eres mi refugio y fortaleza;
tú eres mi Dios y en ti confío.
Señor, en ti confío.

El te librará de la red del cazador,
y de la peste funesta.
Te cubrirá con sus alas
y te refugiarás bajo sus plumas.
Señor, en ti confío.

Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor,
yo te libraré y te pondré a salvo.
Cuando tú me invoques, y te escucharé;
en tus angustias estaré contigo.
Señor, en ti confío.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte
y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Lunes 10 de Julio de 2023.

Evangelio según San Mateo 9, 18-26.

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir”.

Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: “Con sólo tocar su manto, me curaré”. Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: “Hija, ten confianza; tu fe te ha curado”. Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer.

Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida”. Y todos se burlaron de él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difundió por toda aquella región.



Comentario y Homilía del Evangelio de hoy 10 de Julio.

San Romano el Melódico (?-c. 560)

«Si consigo tocarle tan sólo el manto, me curaré»

Me postro delante de ti, Señor, igual que la mujer que padecía hemorragias, para que me liberes del sufrimiento y me concedas el perdón de mis faltas, y con el corazón lleno de compunción pueda exclamar: «Salvador, sálvame»…

Ella iba hacia ti escondida, Salvador, porque pensaba que eras simplemente un hombre, pero su curación le ha enseñado que tu eres Dios y hombre a la vez. Secretamente ha tocado la franja de tu manto, con su alma llena de temor…, diciéndose: «¿Cómo lo haré para ser vista de aquél que lo observa  todo, yo que llevo la vergüenza de mis faltas?

Si el Todo-Puro ve el flujo de sangre, se apartará de mí como a impura que soy, y será para mi mucho más terrible que mi herida si me da la espalda a pesar de mi grito: Salvador, sálvame. «Viéndome, todo el mundo me empuja: ‘¿Dónde vas? ¡Ten en cuenta tu vergüenza, mujer, tu sabes quien eres, y de quien quieres ahora acercarte!

Tú, la impura ¡acercarte al Todo-Puro!  Ves primero a purificarte, y cuando hayas secado la mancha que llevas encima, entonces podrás ir hacia él gritando: Salvador, sálvame.’ «¿Queréis causarme aún más pena de la que tengo por mi propio mal? Sé muy bien que él es puro, y es por eso que quiero llegar a él, para ser liberada del oprobio y de la infamia.  No me impidáis, pues, de gritar: Salvador, sálvame.

«La fuente hace manar sus oleadas para todos, ¿con qué derecho queréis obstruirla?… Sois testigos de sus curaciones… Todos los días nos anima diciendo: ¿Venid a mí, vosotros a quienes los males os agobian: yo os podré aliviar’.

A él le gusta dar la salud a todos. Y vosotros, ¿por qué me tratáis con rudeza impidiéndome de gritar…: Salvador, sálvame? »… Aquél que lo sabe todo… se gira y dice a sus discípulos: «¿Quién me ha tocado la franja del manto?…

¿Por qué me dices, Pedro, que una gran multitud me apretuja? Ellos no tocan mi divinidad, pero esta mujer, a través de mi vestido visible, ha captado mi naturaleza divina y ha conseguido la salud gritándome: Señor, sálvame…

«Sé valiente, mujer… Desde ahora, recobra la salud… Ésta no ha sido obra de mi mano sino obra de tu fe. Porque son muchos los que han tocado mi vestido, sin obtener la fuerza porque no tenían fe. Tú, me has tocado con gran fe, has recibido la salud, y por eso te he llevado ahora delante de todos para que digas: Señor, sálvame.»


Evangelio de Hoy – Agradece

Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento; y los invitamos a visitar Santo Rosario y Evangelio de hoy para ver el Evangelio y Homilía de Hoy en video.

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