Miércoles 21 de Diciembre de 2022

Evangelio de Hoy Miércoles 21 de DiciembreLectio Divina

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Miércoles 21 de Diciembre y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

Miércoles de la cuarta semana de AdvientoLeccionario: 197

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Cantar de los Cantares 2, 8-14.

Aquí viene mi amado saltando por los montes,
retozando por las colinas.
Mi amado es como una gacela, es como un venadito,
que se detiene detrás de nuestra tapia,
espía por las ventanas y mira a través del enrejado.

Mi amado me habla así:
“Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven.
Mira que el invierno ya pasó;
han terminado las lluvias y se han ido.

La flores brotan ya sobre la tierra;
ha llegado la estación de los cantos;
el arrullo de las tórtolas se escucha en el campo;
ya apuntan los frutos en la higuera
y las viñas en flor exhalan su fragancia.

Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven.
Paloma mía, que anidas en las hendiduras de las rocas,
en las grietas de las peñas escarpadas,
déjame ver tu rostro y hazme oír tu voz,
porque tu voz es dulce y tu rostro encantador”.


Salmo Responsorial de Hoy Salmo 32, 2-3. 11-12. 20-21.

Demos gracias a Dios, al son del arpa,
que la lira acompañe nuestros cantos;
cantemos en su honor nuevos cantares,
al compás de instrumentos alabémoslo.
Demos gracias a Dios, al son del arpa.

Los proyectos de Dios duran por siempre;
los planes de su amor, todos los siglos.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor;
dichoso el pueblo que escogió por suyo.
Demos gracias a Dios, al son del arpa.

En el Señor está nuestra esperanza,
pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo;
en el Señor se alegra el corazón
y en él hemos confiado.
Demos gracias a Dios, al son del arpa.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Emmanuel, rey y legislador nuestro,
ven, Señor, a salvarnos.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Miércoles 21 de Diciembre de 2022

Evangelio según San Lucas 1, 39-45.

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.


Comentario y Homilía del Evangelio de hoy Miércoles 21 de Diciembre.

San Bernardo (1091-1153)

“Dichosa, la que ha creído”

 Maria es dichosa, tal como su prima Isabel se lo ha dicho, no sólo porque Dios la ha mirado, sino porque ha creído. Su fe es el mejor fruto de la bondad divina.

Pero ha sido necesario que el arte inefable del Espíritu Santo viniera sobre ella para que una tal grandeza de alma se uniera, en el secreto de su corazón virginal, a una tal humildad. La humildad y la grandeza de alma de María, así como su virginidad y su fecundidad, son semejantes a dos estrellas que se iluminan mutuamente, porque en María la profundidad de su humildad no perjudica en nada a la generosidad de su alma, y recíprocamente.

Puesto que  María se juzgaba a sí misma de manera tan humilde, no fue menos generosa en su fe en la promesa que el ángel le había hecho. Ella, que se miraba a sí misma como una pobre y pequeña esclava, no dudó en absoluto ser llamada a este misterio incomprensible, a esta unión prodigiosa, a este secreto insondable.

Creyó inmediatamente que iba a ser verdaderamente la madre de Dios-hecho-hombre. Es la gracia de Dios la que produce esta maravilla en el corazón de los elegidos; la humildad no los hace ser temerosos ni timoratos, como tampoco la generosidad de su alma los vuelve orgullosos.

Al contrario, en los santos, estas dos virtudes de refuerzan la una a la otra. La grandeza de alma no sólo no abre la puerta a ninguna clase de orgullo, sino que es sobre todo ella la que les hace penetrar siempre más adentro en los misterios de la humildad.

En efecto, los más generosos en el servicio de Dios son también los más penetrados del temor del Señor y los más agradecidos por los dones recibidos. Recíprocamente, cuando la humildad está en juego, no se desliza en el alma ninguna ruindad.

Cuanto menos una persona tiene la costumbre de presumir de sus propias fuerzas, incluso en las cosas más pequeñas, tanto más se confía en el poder de Dios, incluso en las más grandes.


Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.