Evangelio de Hoy Viernes 26 de Julio de 2024.
Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Viernes 26 de Julio y la homilía diaria.
Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.
Viernes de la XVI semana del Tiempo ordinario –Lectio Divina 399
Lecturas Bíblicas del día de Hoy
Primera Lectura de Hoy
Libro de Jeremías 3, 14-17.
“Vuélvanse a mí, hijos rebeldes, porque yo soy su dueño, dice el Señor: Iré tomando conmigo a uno de cada ciudad, a dos de cada familia y los traeré a Sión; les daré pastores según mi corazón, que los apacienten con sabiduría y prudencia.
Después, cuando ustedes se hayan multiplicado y hayan prosperado en el país, palabra del Señor, ya no habrá necesidad de invocar el arca de la alianza del Señor, pues ya no pensarán en ella, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se les ocurrirá hacer otra.
En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén ‘el trono del Señor’, acudirán a ella todos los pueblos en el nombre del Señor y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado”.
Salmo Responsorial de Hoy – Jeremías 31, 10. 11-12ab. 13.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor,
y anúncienla aun en las islas más remotas:
“El que dispersó a Israel lo reunirá
y lo cuidará como el pastor a su rebaño”.
El Señor es nuestro pastor.
Porque el Señor redimió a Jacob
y lo rescató de las manos del poderoso.
Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión
Y correrán hacia los bienes del Señor.
El Señor es nuestro pastor.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando;
se sentirán felices jóvenes y viejos,
porque yo convertiré su tristeza en alegría,
y los llenaré de gozo y aliviaré sus penas.
El Señor es nuestro pastor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto.
Aleluya.
Evangelio de Hoy Viernes 26 de Julio de 2024
Evangelio según San Mateo 13, 18-23.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta’’.
Homilía de hoy Viernes 26 de Julio.
El Evangelio de Hoy nos ofrece la explicación de Jesús sobre la parábola del sembrador, una enseñanza que profundiza en la manera en que recibimos y respondemos a la Palabra de Dios en nuestras vidas.
Esta interpretación que Jesús proporciona a sus discípulos es una invitación para cada uno de nosotros a examinar nuestro corazón y nuestra respuesta al mensaje del Reino. Nos desafía a preguntarnos: ¿Qué tipo de terreno somos para la semilla de la Palabra de Dios?
Jesús describe cuatro tipos de terreno, cada uno representando diferentes actitudes y respuestas a la Palabra. El primer tipo, el camino, representa a aquellos que oyen la Palabra pero no la entienden, permitiendo que el maligno la arrebate. Esto nos recuerda la importancia de abrir no solo nuestros oídos, sino también nuestro entendimiento y nuestro corazón a la Palabra de Dios. ¿Cuántas veces hemos permitido que las distracciones o la falta de reflexión nos impidan comprender verdaderamente el mensaje de Dios?
El terreno pedregoso simboliza a quienes reciben la Palabra con alegría inicial, pero carecen de raíces profundas. Ante las dificultades o persecuciones, su fe se marchita rápidamente. Esta imagen nos invita a cultivar una fe resiliente, arraigada en una relación profunda con Dios, capaz de resistir las pruebas de la vida.
El terrero con espinos representa a aquellos en quienes las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra. En nuestra sociedad materialista y llena de ansiedades, este es un desafío particularmente relevante. ¿Permitimos que nuestras preocupaciones mundanas y nuestro afán por lo material sofoquen nuestra vida espiritual?
Finalmente, la tierra buena simboliza a quienes oyen la Palabra, la entienden y dan fruto abundante. Este es el ideal al que estamos llamados: no solo a ser receptores pasivos de la Palabra, sino a permitir que ésta transforme nuestras vidas y produzca frutos de amor, justicia y paz.
Es importante notar que Jesús no presenta estos tipos de terreno como categorías fijas e inmutables. Más bien, nos invita a un proceso continuo de cultivar nuestro corazón para ser tierra fértil para la Palabra de Dios. Esto implica un esfuerzo constante por eliminar las piedras de la superficialidad, arrancar las espinas de las preocupaciones mundanas, y preparar nuestro corazón para recibir y nutrir la semilla de la gracia divina.
La parábola también nos recuerda la generosidad del sembrador, que es Dios mismo. A pesar de los diferentes tipos de terreno, Él continúa sembrando abundantemente, ofreciendo su Palabra a todos sin distinción. Esta es una poderosa imagen de la misericordia y la paciencia de Dios con nosotros.
Evangelio de Hoy – Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy
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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.
