Evangelio de Hoy Domingo 28 de Abril.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Domingo 28 de Abril y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

Quinto Domingo de Pascua – Lectio Divina 53

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura

Libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31.

Cuando Pablo regresó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no creían que se hubiera convertido en discípulo.

Entonces, Bernabé lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo el Señor le había hablado y cómo él había predicado, en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús. Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor, hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo. Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso.

En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.


Salmo Responsorial de Hoy Salmo 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32.

Le cumpliré mis promesas al Señor
delante de sus fieles.
Los pobres comerán hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
su corazón ha de vivir para siempre.  
Bendito sea el Señor. Aleluya.

Recordarán al Señor y volverán a él
desde los últimos lugares del mundo;
en su presencia se postrarán
todas las familias de los pueblos.
Sólo ante él se postrarán todos los que mueren.  
Bendito sea el Señor. Aleluya.

Mi descendencia lo servirá
y le contará a la siguiente generación,
al pueblo que ha de nacer:
la justicia del Señor
y todo lo que él ha hecho.  
Bendito sea el Señor. Aleluya.


Segunda Lectura

Primera Carta de San Juan 3, 18-24.

Hijos míos: No amemos solamente de palabra, amemos de verdad y con las obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce. Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total.

Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio.

Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Domingo 28 de Abril de 2024.

Evangelio según San Juan 15, 1-8.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos».


Homilía del Evangelio de hoy Domingo 28 de Abril.

En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús se presenta a sí mismo como la verdadera Vid, y a nosotros como los sarmientos que deben permanecer unidos a Él.

Esta hermosa imagen nos habla del vínculo íntimo y vital que debe existir entre el Señor y sus discípulos. Así como el sarmiento recibe toda su savia y su vitalidad de la vid, nosotros debemos alimentarnos constantemente de la gracia que fluye de Cristo, la Vid verdadera.

Jesús afirma con claridad: «El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto». Nuestra unión vital con el Maestro es la condición imprescindible para que nuestra vida dé frutos abundantes de caridad, santidad y buen testimonio. Separados de Él, seríamos como sarmientos secos e infructuosos.

Pero el Señor va más allá. Nos enseña que Él mismo es el Cultivador divino que «poda» todo aquello que no da fruto, para que demos más fruto todavía. Es decir, Dios Padre, por medio de las pruebas y purificaciones, va eliminando en nosotros todo lo superfluo y mundano, a fin de que nuestra unión con Cristo se profundice y fortifique.

¡Qué gran consuelo encontramos en saber que nuestra vida espiritual está en manos amorosas del Padre! Él velará incansablemente por que perseveremos en la vid, cortando sin piedad todo aquello que nos aparta de Jesús.

Hermanos, mantengámonos, pues, firmes en esta vida verdadera que es Cristo. Alimentemos constantemente nuestra unión con Él a través de la oración, los sacramentos y el cumplimiento fiel de su Palabra. Sólo así daremos frutos que permanezcan y alcanzaremos la meta gloriosa de nuestra existencia: la vida eterna.


Evangelio de Hoy Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.