Evangelio de Hoy Viernes 4 de Octubre de 2024.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Viernes 4 de Octubre y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

Viernes de la XXVI semana del Tiempo ordinarioLectio Divina 459

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Libro de Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5.

El Señor le habló a Job desde el seno de la tormenta y le dijo:
«¿Acaso alguna vez en tu vida
le has dado órdenes a la mañana
o le has señalado su lugar a la aurora,
para que ciña a la tierra por los bordes
y sacuda de ella a los malvados;
para que ponga de relieve sus contornos
y la tiña de colores como un vestido;
para que prive a los malvados del amparo de las tinieblas
y acabe con el poder del hombre criminal?

¿Has llegado hasta donde nace el mar
o te has paseado por el fondo del océano?
¿Se te han franqueado las puertas de la muerte
o has visto los portones del país de los muertos?
¿Has calculado la anchura de la tierra?
Dímelo, si lo sabes.

¿Sabes en dónde vive la luz
y en dónde habitan las tinieblas?
¿Podrías conducirlas a su morada
o enseñarles el camino de su casa?
Si lo sabes, es que para entonces tú ya habrías nacido
y el número de tus años sería incontable».

Job le respondió al Señor:

«He hablado a la ligera, ¿qué puedo responder?
Me taparé la boca con la mano.
He estado hablando y ya no insistiré más;
ya no volveré a hablar».


Salmo Responsorial de Hoy Salmo 138, 1-3. 7-8. 9-10. 13-14ab.

Tú me conoces, Señor, profundamente:
tú conoces cuándo me siento y me levanto,
desde lejos sabes mis pensamientos,
tú observas mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
Condúcenos, Señor, por tu camino.

¿A dónde iré yo lejos de ti?
¿Dónde escaparé de tu mirada?
Si subo hasta el cielo, allí estás tú;
si bajo al abismo, allí te encuentras.
Condúcenos, Señor, por tu camino.

Si voy en alas de la aurora
o me alejo hasta el extremo de mar,
también allí tu mano me conduce
y tu diestra me sostiene.
Condúcenos, Señor, por tu camino.

Tú formaste mis entrañas,
me tejiste en el seno materno.
Te doy gracias por tan grandes maravillas;
soy un prodigio y tus obras son prodigiosas.
Condúcenos, Señor, por tu camino.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice:
«No endurezcan su corazón».
Aleluya.


Evangelio de Hoy Viernes 4 de Octubre de 2024

Evangelio según San Lucas  10, 13-16.

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo».

Luego, Jesús dijo a sus discípulos: «El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».


Homilía de hoy Viernes 4 de Octubre.

El pasaje del Evangelio según San Lucas que hoy contemplamos nos presenta palabras fuertes y directas de Jesús, una advertencia a las ciudades que no han acogido su mensaje de salvación. En estas palabras de Jesús podemos percibir tanto el amor de Dios, que llama constantemente a la conversión, como la gravedad de rechazar esa invitación.

Jesús comienza pronunciando un lamento sobre Corozaín y Betsaida, dos ciudades en las que realizó muchos de sus milagros. A pesar de haber sido testigos de su poder y su amor, estas ciudades no se arrepintieron ni cambiaron su forma de vida. Jesús compara su incredulidad con la de ciudades paganas como Tiro y Sidón, conocidas en la antigüedad por su corrupción y pecado. Sin embargo, Jesús declara que si los milagros que se realizaron en Corozaín y Betsaida hubieran ocurrido en Tiro y Sidón, estas habrían hecho penitencia mucho antes.

Con esta comparación, Jesús nos enseña que la responsabilidad es mayor para aquellos que han recibido más. Cuanto más claro ha sido el testimonio de la gracia de Dios en nuestras vidas, más se espera de nosotros. Las ciudades judías que conocieron a Jesús y fueron testigos de sus milagros tuvieron una gran oportunidad de conversión, pero al no responder, se hicieron responsables de su propio endurecimiento de corazón.

Luego, Jesús dirige su lamento a Cafarnaúm, la ciudad que fue como su «hogar» durante gran parte de su ministerio público. A pesar de haber recibido tanta luz, esta ciudad también permaneció indiferente. Jesús advierte que, a pesar de su aparente exaltación, será «derribada hasta el infierno.» Esto nos recuerda que la cercanía física con Jesús no garantiza la salvación; lo que cuenta es la respuesta de fe y conversión de corazón.

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia respuesta a la gracia de Dios. Nosotros, que hemos recibido tanto: la Palabra de Dios, los sacramentos, los testimonios de fe de aquellos que nos rodean, ¿cómo estamos respondiendo? ¿Acogemos la invitación de Jesús a la conversión con sinceridad? ¿O nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que, como las ciudades de Corozaín y Betsaida, permanecemos indiferentes?

Jesús concluye este pasaje con una advertencia solemne: «El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.» Aquí, Jesús recuerda a sus discípulos la gran dignidad y responsabilidad que tienen como sus enviados. Los apóstoles, y en extensión todos los que proclaman el Evangelio, son embajadores de Cristo. Rechazar su mensaje no es simplemente rechazar a un mensajero humano, sino rechazar al mismo Cristo y, por lo tanto, al Padre que lo envió.

Para nosotros, este es un llamado a acoger con gratitud la palabra de Dios que nos llega a través de su Iglesia, sus ministros y todos aquellos que nos hablan en nombre de Cristo. También nos desafía a ser conscientes de la responsabilidad que tenemos de ser verdaderos testigos del Evangelio en nuestras palabras y acciones, sabiendo que cuando hablamos o actuamos en nombre de Cristo, llevamos su mensaje al mundo.

Hermanos, pidamos al Señor que nos conceda un corazón dócil, abierto a su llamada a la conversión, y una fe viva que nos lleve a acoger su palabra con amor y humildad. Que no seamos indiferentes a las gracias que recibimos, sino que respondamos con generosidad y fidelidad.

Que María, Madre de la Iglesia, nos acompañe y nos ayude a ser siempre fieles a su Hijo, acogiendo su mensaje y llevándolo con alegría a todos los que nos rodean.


Evangelio de Hoy Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

Evangelio-de-hoy.com agradece infinitamente al señor nuestro Dios por la fuerza que nos da cada día para seguir adelante. También le damos gracias a De La Mano del Señor por el asesoramiento y los invitamos a visitar Santo Rosario y Evangelio de hoy para ver el Evangelio y la Homilía de Hoy en video.

Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.