Evangelio de Hoy Viernes 8 de Noviembre de 2024.

Como todos los días, hoy les traemos a ustedes la palabra del señor. Lecturas, Salmo, Aclamación, el Evangelio de Hoy Viernes 8 de Noviembre y la homilía diaria.

Al final del artículo encontraran el comentario del Evangelio del día de hoy para todos aquellos que quieran leer una explicación del evangelio, y las homilías diarias.

Viernes de la XXXI Semana del Tiempo ordinarioLectio Divina 489

Lecturas Bíblicas del día de Hoy

Primera Lectura de Hoy

Carta de San Pablo a los Filipenses 3, 17-21. 4, 1.

Hermanos: Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de aquellos que viven el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque, como muchas veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.

Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro salvador, Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.

Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor.


Salmo Responsorial de Hoy Del Salmo 121.

¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron:
“Vayamos a la casa del Señor”!
Y hoy estamos aquí, Jerusalén,
jubilosos, delante de tus puertas.
Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus,
las tribus del Señor,
según lo que a Israel se le ha ordenado,
para alabar el nombre del Señor.
Vayamos con alegría al encuentro del Señor.


Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo,
el amor de Dios ha llegado a su plenitud.
Aleluya.


Evangelio de Hoy Viernes 8 de Noviembre de 2024

Evangelio según San Lucas 16, 1-8.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’.

Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Este respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’.

El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz’’.


Homilía de hoy Viernes 8 de Noviembre.

Meditemos hoy sobre una de las parábolas más desconcertantes del Evangelio: la del administrador astuto. Su aparente elogio de una conducta deshonesta nos invita a buscar un significado más profundo en las palabras del Señor.

El administrador, al verse descubierto en su mala gestión, actúa con astucia para asegurarse un futuro. No es su deshonestidad lo que se alaba, sino su sagacidad para enfrentar una crisis inminente. Esta parábola nos desafía a preguntarnos si mostramos el mismo ingenio y determinación en los asuntos espirituales como lo hacemos en los mundanos.

Es sorprendente que Jesús observe que «los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz». Esta comparación nos interpela profundamente: ¿Por qué frecuentemente mostramos más creatividad y empeño en asuntos temporales que en nuestra búsqueda del Reino de Dios? ¿Por qué somos tan prudentes en los negocios terrenales y tan descuidados en los asuntos eternos?

La parábola nos enseña también sobre el uso sabio de los bienes materiales. Así como el administrador utilizó los bienes de su señor para ganar amigos, nosotros estamos llamados a usar los bienes temporales en función de los valores eternos. Cada recurso que poseemos es una oportunidad para construir el Reino de Dios y servir a nuestros hermanos.

Pidamos la gracia de la verdadera sabiduría, aquella que nos permita usar todos los dones recibidos para la gloria de Dios y el bien de nuestros hermanos. Que sepamos ser astutos en las cosas del Espíritu, invirtiendo nuestros talentos y recursos en lo que verdaderamente permanece para la eternidad.


Evangelio de Hoy Agradece Por el Evangelio y La Homilía de Hoy

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Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de los Leccionarios I, II y III, propiedad de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, copyright © 1987, quinta edición de septiembre de 2004. Utilizados con permiso. Todos los derechos reservados. Debido a cuestiones de permisos de impresión, los Salmos Responsoriales que se incluyen aquí son los del Leccionario que se utiliza en México. Su parroquia podría usar un texto diferente.